jueves, 22 de mayo de 2008

ELEMENTOS DIAGNÓSTICOS DE LA UNIVERSIDAD PERUANA

Resumen hecho por: Ysabel López Ruiz

La situación de la universidad peruana es muy grave. A nivel internacional de las 92 universidades existentes en el país, solo califican cinco como tales, entre públicas y privadas, según la UNESCO (4)
La universidad peruana no se comporta como centro generador de nuevos conocimientos, la investigación no se ha institucionalizado todavía como quehacer permanente, a pesar de que siempre se reclama en los discursos de las autoridades académicas. Los importantes roles que la universidad ha cumplido en el pasado han sido abandonados o dejados de lado para abocarse casi exclusivamente a su tarea de formación profesional o a satisfacer las exigencias inmediatas del mercado.(5)
Veamos aquí un resumen de los principales problemas que afronta la Universidad Peruana:

ASPECTOS INSTITUCIONALES
1.1) En un periodo marcado por cambios profundos en los patrones de vida y expectativas de la gente; cambios sin parangón en la historia previa, desencadenados por notables mutaciones en la base tecnocientífica de la sociedad contemporánea, la universidad peruana ha tendido a permanecer ensimismada, convirtiéndose en una suerte de submundo autista, incapaz de procesar aquellos cambios con la intensidad y celeridad requerida para cumplir con su función de institución que, conteniendo la élite intelectual del país, marcara derroteros para la sociedad a la que sirve. En tal sentido la autonomía universitaria ha sufrido un proceso de perversión. La autonomía ha devenido
en autismo; sumiéndose la universidad en la debilidad e impotencia que corresponde a tal situación. A ello ciertamente ha contribuido tanto el abandono estatal como el desinterés de los actores sociales por el destino de la universidad, perdiendo de vista su carácter estratégico para el logro del bienestar de los peruanos. Huelga señalar que un pequeño número de universidades –tanto públicas como particulares y privadas- han sido capaces de sustraerse a esta tendencia y remontar las adversas condiciones que la propiciaban, para mantener –pese al desinterés estatal- niveles aceptables de calidad académica e institucional.
1.2.- El estatuto autónomo de la universidad pública se halla además severamente restringido en múltiples sentidos, que van desde la asfixiante dependencia que en el terreno de los procedimientos administrativos tiene respecto al MEF y a los complicados patrones de la gestión pública, hasta su dependencia de los vaivenes del Congreso de la República –tan proclive al populismo- que crea nuevas universidades según su fluctuante parecer, sin considerar la autonomía sistémica que le corresponde a esta institución por su naturaleza académica y su alta función, ni consultar a la comunidad universitaria.
1.3.- La autonomía universitaria se ha entendido también como distanciamiento institucional del resto del sistema educativo. Tal distancia es sin embargo una nefasta ilusión. La calidad de la educación superior no depende solamente de lo que ocurra en este nivel, sino que remite a un proceso de formación que abarca todos los niveles educativos del país. Pese a que la universidad obtiene de la Educación Básica el mayor caudal de su esencial componente estudiantil, y aunque un sector considerable de sus cuadros se incorpora a los otros niveles y modalidades de la educación, estas relaciones no discurren en una lógica que permita constituir un Sistema Educativo Peruano, coherente y eficiente. Tal cosa no existe y afecta drásticamente a la universidad. La universidad en el Perú se halla desconectada de los otros niveles y modalidades de la educación, o en todo caso interactúa con ellos pero de modo aleatorio, dando lugar a severos desfases y distorsiones en su accionar y el de los otros niveles educativos, a los que no es ajena, así como a un dispendio de los escasos recursos con que cuenta, situación inaceptable en un país empobrecido como el nuestro.
1.4.- El ámbito universitario muestra al menos tres tipos institucionales, no necesariamente articulados: por su estatuto legal pueden ser públicas, particulares o privadas. Las dos primeras se definen como “sin fines de lucro”, mientras que las últimas incorporan el lucro como objetivo.
Asimismo, las dos últimas manifiestan intereses particulares en su orientación axiológica y curricular, mientras que a las universidades públicas les corresponde por principio manifestar el interés general de la Nación.
1.5.- Al margen de la inexistencia de un sistema educativo coherente, tampoco existe en rigor una comunidad universitaria sistémicamente articulada, al menos en el ámbito de la universidad pública. Cada universidad (y a menudo cada facultad) es una isla sino un feudo, con toda la ineficacia que ello supone en el uso de los escasos recursos y el empobrecimiento académico que acarrea en un contexto que exige actuar al interior de comunidades académicas supraregionales y grados crecientes de interdisciplinariedad.
1.6.- La inexistencia de instancias nacionales que definan las políticas en la Educación Superior, la coordinen y fiscalicen -indicador inobjetable del desenganche entre el Estado (que no es igual que “gobierno”), la Sociedad Civil y las comunidades universitarias-, ha dado lugar tanto a una situación de dispersión como a una oferta incontrolada de grados y títulos, ya sea en términos de su pertinencia a las necesidades del país -es decir a las demandas actuales o potenciales-, como en relación a estándares mínimos de calidad académica y de recursos –infraestructura y cuadros docentes-, cuya exigencia cautele los intereses de los usuarios y del país en general. Esa inflación de la oferta está produciendo una acelerada y perversa devaluación de los grados y títulos académicos y profesionales, y por ende un mayor deterioro de la calidad académica.
1.7.- A partir de la promulgación de la Ley 882, llamada de inversión en la educación, ha ocurrido una proliferación de universidades “con fines de lucro” –muchas de las cuales no alcanzan estándares mínimos de infraestructura y calidad docente-, las cuales siendo en lo fundamental instituciones profesionalizantes (con frecuencia sin guardar proporción con las necesidades sociales) no tienen mayor interés en desarrollar funciones de investigación y producción de conocimiento, condición sine qua non para formar cuadros académicos de calidad; por lo cual se sirven de los recursos humanos (en particular cuadros docentes) que en condiciones precarias produce la universidad pública, la cual con todas sus limitaciones materiales termina subvencionándolas de ese modo.
1.8.- En las últimas décadas se ha producido una acelerada expansión, tanto en lo que a número de universidades respecta –a lo que habría que sumar el establecimiento incontrolado de “filiales”, por lo general de dudosa calidad-, como en lo relativo al número de carreras y especialidades universitarias que componen la oferta profesional. Las carreras más ofertadas son educación, derecho, administración, contabilidad, economía, enfermería; es decir especialidades que no requieren mayor equipamiento e infraestructura. Esa expansión no guarda necesariamente coherencia con las necesidades del país y las regiones, y frecuentemente ha obedecido a demandas y tendencias estrictamente coyunturales.

ASPECTOS CURRICULARES

2.1.- En un país pluricultural como el nuestro, de gran densidad en lo que respecta a presencia de matrices culturales diversas, y productor de una de las grandes civilizaciones fundantes en la historia, la universidad peruana ha permanecido en lo fundamental de espaldas a sus tradiciones raigales, cuando no reproduciendo una estructura epistémica colonial que ha impedido el rescate y desarrollo del rico bagaje de conocimientos, prácticas y sentidos de vida presentes en nuestras culturas, bloqueando así o distorsionado severamente el desarrollo pertinente de las líneas de investigación y formación profesional universitaria, y de todo el ámbito educativo, al cual provee cuadros y patrones epistémicos.
2.2.- El esquema institucional de la universidad traduce en lo fundamental el arraigo epistémico de patrones positivistas como la división dicotómica entre las ciencias naturales y las ciencias sociales; más aún: éstas últimas reproducen criterios metodológicos de las primeras, y con ello un núcleo racionalista que bloquea un efectivo acercamiento y recuperación del rico imaginario y el bagaje de saberes presente en nuestra sociedad multicultural. Asimismo la distinción entre ciencias “puras” o teóricas y ciencias aplicadas, limita –al igual que la anterior- el trabajo académico interdisciplinario y contribuye a la actual dispersión y atomización de facultades, escuelas e institutos de investigación.
2.3.- Tomando en cuenta las tendencias estructurales de la base tecnocientífica en el mundo contemporáneo, existen desfases cualitativos en la actividad académica universitaria, relativas no sólo a carencias de infraestructura (laboratorios, equipos y bibliotecas entre los principales), sino también a la orientación –en nuestro caso predominante- a la compartimentación académica, y a la creciente distancia entre diversas especialidades, a contracorriente de la tendencia global a la interdisciplinariedad. Esta situación se agrava por la lentitud en la renovación de currículos que, en algunos casos se mantienen sin mayores cambios por dos décadas o más aún
2.4.- No hay un orden de prioridades en la producción académica que otorgue la importancia debida a las ciencias básicas -muy relegadas en las universidades públicas y prácticamente ausentes en el ámbito privado en virtud a su no rentabilidad a corto plazo-, sin las cuales no es posible dotarse de ciencia y tecnología propias, así como de una elite científica que posibilite el desarrollo del país.
2.5.- La producción de conocimiento, función esencial de la universidad, se halla totalmente relegada, particularmente en el área estratégica de las ciencias básicas y las tecnologías apropiadas y de punta. En la medida en que la producción de conocimiento ha devenido fuente decisiva del poder en el mundo contemporáneo, la falencia universitaria en la tarea de producir saber amenaza la viabilidad misma de la comunidad peruana, cada vez más debilitada en un contexto mundial caracterizado por la exclusión y la configuración -moralmente perversa- de países marginales o aún "descartables".
2.6.- La Universidad ha pasado a ser en lo fundamental, una institución productora de profesionales, o más exactamente de títulos devaluados. Sin embargo, lo que es más preocupante es que aún en su función ya menoscabada de fábrica de profesionales muestra un alto grado de irracionalidad, en cuanto su oferta profesional no guarda relación con las necesidades – actuales 2.7.- No hay lineamientos de política de investigación que coordinen la actividad en este terreno para todas las universidades, fijando un orden de prioridades y división de funciones. Cada universidad investiga en áreas que elige por cuenta propia, cuando no obedeciendo a la reproducción interna de cuotas de poder. No hay en la universidad peruana hábitos consolidados de ejercicio de políticas de investigación coherentes, de largo plazo e impacto social, que favorezcan la interdisciplinariedad y la cooperación interuniversitaria tendiente a la articulación de una comunidad científica, académica e intelectual con circuitos de cooperación permanentes. y/o futuras o estratégicas – del país.
2.8.- El postgrado tampoco está contribuyendo significativamente a la investigación y producción de conocimiento. Muestra en lo fundamental una orientación escolarizada, frecuentemente devaluada aún en esa función. Las maestrías han devenido una instancia profesionalizante, dejando de lado las exigencias de investigación que le competen. En parte por suplir las deficiencias del pregrado, pero también por la comercialización de su oferta, manifiesta en la tendencia a facilitar estudios de tiempo mínimo (fines de semana, no presenciales, etc) y la sustitución de las tesis por la aprobación de un curso ad hoc, generalmente de costo igualmente ad hoc.
2.9.- Paradójicamente, la desconexión con la Educación Básica no ha impedido que la universidad, concebida en términos estrictamente profesionalizantes, siga todavía siendo vista como meta terminal de la educación. Ello genera expectativas que distorsionan la naturaleza del ámbito universitario, como la errónea idea de que una carrera profesional que no tenga status universitario tiene un valor disminuido, por lo cual se han incorporado como carreras universitarias –llegando aún a generar facultades singulares- especialidades que en rigor pertenecen a otros niveles y modalidades de la educación superior y demandarían tiempos más breves de formación.
2.10.- Los mecanismos de acceso a la universidad muestran severas distorsiones en su orientación académica, induciendo a su vez distorsiones en la formación de los estudiantes en el nivel de la Educación Básica, legitimados por los denominados colegios preuniversitarios, y acentuados por el mundo de las academias preuniversitarias y los propios centros preuniversitarios que administra cada universidad en franca transgresión del principio constitucional que proscribe la discriminación en el acceso a la educación por motivos económicos.
2.11.- La productividad universitaria en cuanto a la tasa de graduados y titulados se ha incrementado a la par del relajamiento en las exigencias para el acceso a los grados y títulos.
Cabe notar, sin embargo, que también en este respecto y contrariamente a la imagen que de ellas se proyecta –como en la selectividad del acceso- las universidades públicas casi duplican la tasa.

LA GESTIÓN UNIVERSITARIA

3.1.- Existe una evidente ausencia de objetivos y metas compartidas entre la comunidad universitaria y las demás instituciones representativas de la sociedad civil y el Estado, lo cual se agudiza por la ausencia de reales instancias de coordinación interuniversitaria.de productividad de las universidades privadas. 3.2.- La presencia gravitante de las corrientes políticas mesocráticas y populares en el contexto abierto por la Reforma Universitaria después de los años veinte del siglo pasado, en un medio caracterizado por un débil desarrollo de la sociedad civil, convirtió a la universidad en un espacio privilegiado de politización y reproducción de cuadros partidarios. Ello creó una tradición de partidarización de la vida universitaria que ha retroalimentado la cultura corporativa heredada de la colonia, y que aún después de la crisis de los ideologías emancipatorias de pretensión epistémica y de los partidos que la encarnaban, subsiste en el accionar de grupos de poder de estructura clientelar, los cuales han desarrollado complejos mecanismos de control de los resortes de poder en el ámbito universitario que distorsionan la gestión y afectan la cultura democrática.
3.3.- Las reglas del juego político universitario, de escaso margen democrático, tienden a dividir a los miembros de la comunidad universitaria –frecuentemente de modo esquizofrénico- entre una comunidad “política” constituída por quienes participan de cuotas de poder y favorecen políticas de clientelaje que garanticen la retención o acrecentamiento de tales cuotas, y la comunidad académica, la cual posee escasa capacidad de decisión pero legitima la institucionalidad universitaria con un sacrificado esfuerzo de producción intelectual. La comunidad “política”, más cohesionada y moralmente permisiva que la académica, favorece intereses corporativos de grupo en su lucha por el poder, en detrimento progresivo de la calidad 3.4.- En ese contexto, se ha producido un divorcio entre las funciones de la más alta
representación –docente y estudiantil- y la competencia académica que debería acompañarla, lo cual produce severas distorsiones de la gestión en un medio en que lo académico debería constituir el eje institucional, marcando el sentido del conjunto de la actividad universitaria-académica.
3.5.- En la medida en que no incorporan la elección directa, canales de comunicación regular con los representados o mecanismos de fiscalización y revocatoria efectivos, los actuales patrones de representación asambleísticos favorecen el corporativismo y el clientelaje nocivos para la democratización y eficiencia de la gestión.
3.6.- La gestión muestra un alto grado de dispersión por la multiplicación y atomización de las facultades. A ello se añade la conducta corporativa de los decisores, elegidos por cuotas facultativas, los cuales privilegian los intereses de su facultad sobre los de la universidad en su conjunto, debilitando el sentido del bien común.
3.7.- Persiste una debilidad o carencia de cultura de planificación, estadística y evaluación que bloquea la adopción de estrategias de largo plazo y afectan la optimización de los recursos. Las universidades vistas como un conjunto no han planificado sus actividades ni estratégica (largo plazo) ni operativamente (corto plazo) en función a las metas específicas que para ellas establecen la Constitución Política y Ley universitaria vigentes.
3.8.- La universidad privada muestra por lo general eficiencia en el uso de sus recursos, pero tampoco viene cumpliendo con su responsabilidad específica frente al país, como institución académica.
3.9.- Sujeto a los vaivenes y correlaciones de poder de los órganos asambleísticos, al interior de los cuales debe reproducir permanentemente su legitimidad, el ejecutivo –que además muestra por lo general una composición heterogénea, sino antagónica, que refleja la correlación de fuerzas en los órganos colegiados- se halla debilitado y forzado a atender y ceder a los intereses de los grupos de poder representados en los espacios asambleísticos, desatendiendo el bien común.
3.10.- La inestabilidad política en el escenario universitario, y la debilidad de carrera administrativa da como resultado un alto ritmo de rotación de los equipos de planificación que afecta severamente las posibilidades de continuidad de políticas así como la consolidación de competencias en ese sector.
3.11.- La carrera docente –incorporación y promoción de cuadros- no se rige por criterios prioritariamente académicos que induzcan procesos de calidad. Los patrones son actualmente en lo fundamental de tipo administrativo, y durante las décadas pasadas primaron intereses corporativos y clientelares de tipo partidario. Como resultado de ello hay toda una generación de docentes en la universidad pública, cuya formación académica es poco sólida; entre los cuales se ha asentado además una “cultura del relajo” que ha favorecido la situación actual en que la obtención de grados y títulos se ha vuelto poco exigente. Ello ha producido distorsiones de la carrera académica como la acumulación inorgánica de docentes en las escalas categoriales superiores, lo cual favorece un sistema gerontocrático que bloquea las posibilidades de renovación.

ASPECTOS ECONOMICOS

4.1.- Durante los años 1997-2001, la asignación presupuestal para las universidades públicas tuvo un incremento de 3.42% como consecuencia del aumento del presupuesto destinado al sector Educación que fue de 4.67%. Pero si bien se registra un incremento presupuestal global para las universidades, cabe notar que cada universidad ha recibido menos recursos provenientes del Estado debido a que el número de universidades públicas ha crecido en ese período. Además el crecimiento de la matrícula universitaria para ese mismo período fue de 5.34%.
4.2.- El gasto público por alumno en las universidades públicas ha venido descendiendo en los últimos años situando al Perú en niveles muy inferiores en comparación a otros países de la Región, lo que denota la poca prioridad que les otorga el Estado. Por ejemplo el gasto público por alumno al año 1998 en Argentina fue de 4425 dólares, en Paraguay 2511 dólares mientras que en Perú fue de 1033 dólares (1).
“(..) Si bien el gasto público se ha incrementado en los últimos años no es suficiente, cuando el Foro Acuerdo Nacional aprobó (2003) sus 31 Políticas de Estado. La XII Política señala que el Estado … “(i) garantizará recursos para la reforma educativa, otorgando un incremento mínimo anual en el presupuesto del sector educación equivalente al 0.25% del PBI hasta que éste alcance un monto global a 6% del PBI” (..)” (3).

4.3.- En los últimos años, como consecuencia del abandono presupuestal del Estado hacia la Universidad, se han desarrollado estrategias de diverso tipo para generar recursos, lo que ha hecho que el presupuesto del Tesoro Público hacia estas instituciones sea cada vez menor, castigando de esta manera su eficiencia. Una prueba de ello es que para el año 1997 los ingresos provenientes del Tesoro Público constituyeron el 71.19%, mientras que los recursos propios y las donaciones representaron el 28.81%, situación que varía el 2001 en que los recursos del Tesoro Público descendieron a 59.42%, mientras que recursos propios y donaciones ascendieron a 40.58%.
4.4.- Como consecuencia de la poca atención que brinda el Estado al presupuesto de la
Universidad, se ha generado un proceso acelerado de descapitalización en las universidades públicas, pues la mayor parte de sus ingresos son orientados a los gastos corrientes, dejando montos poco significativos a los gastos de capital, impidiendo así una modernización de la infraestructura.
4.5.- En las Universidades Públicas, las remuneraciones de los profesores están ostensiblemente rezagados respecto a las de la Universidad Privada e incluso en relación a las de otras instancias del Sector Público pues, en algunos casos, personal técnico y auxiliar de otros ámbitos tiene niveles salariales similares o superiores al de los docentes a Tiempo Completo en la categoría Principal.

LA DIMENSIÓN SUBJETIVA

5.1.- "Se halla fuertemente enraizada entre los actores políticos y gremiales de la universidad una "cultura de los derechos", de tipo corporativo -primero los intereses de mi estamento-, reivindicativo y confrontacional, que carece del necesario sentido del respeto por el derecho de los demás, lo cual además de limitar la posibilidad de necesarios consensos, adolece de similar conciencia de los deberes y responsabilidades que toda vida en colectividad supone, junto a la necesaria apertura al diálogo, el reconocimiento del otro, y el sentido de comunidad. Ello denuncia el enraizamiento de la cultura criolla de la "viveza", nefasta para las posibilidades de viabilidad de cualquier empresa colectiva".
5.2.- "Si bien es cierto que por definición, la universidad pública se diferencia de la privada en que por contraste con esta última que persigue miras particulares, atiende al bien común, a los intereses de la colectividad entera de peruanos -y más allá a los de la humanidad-, ese no es el caso mayoritario en el accionar de los actores de la universidad pública peruana, los cuales atienden prioritariamente a intereses estamentales o de grupo y subordinan los intereses conjuntos a los de su corporación. Tal conducta a la que la politología denomina corporativismo, y que tiene evidentes raíces feudales se halla profundamente consolidado entre nosotros y es fuente de debilidad".
5.3.- " Se halla consolidada en la tradición universitaria una visión fetichista del poder que, al cruzarse con hábitos corporativos, conduce a su administración como medio de distribuir favores y recompensar lealtades ajenas a la lógica del bien común que fortalece el sentido de comunidad".
5.4.- “Tampoco la sociedad civil parece sentirse responsable del destino de la universidad pública. En particular el empresariado, de tradición rentista e intermediaria del capital extranjero, no tiene mayor interés en demandar producción de conocimiento para innovar 5.5.- "El sector docente se caracteriza por una situación de precariedad económica, por lo cual incluso docentes nominalmente empleados a dedicación exclusiva deben dedicarse a otros empleos, lo cual afecta sus posibilidades de calificación permanente. En la mayor parte de las universidades privadas prima el régimen de contratos, casi de por vida, y los docentes se hallan sobrecargados en funciones lectivas, haciendo virtualmente imposible la investigación seria. Por otra parte, en la universidad pública, la mayoría de docentes proviene de las últimas tres décadas pasadas en que los criterios de selección se hallaban considerablemente politizados, subordinando consideraciones relativas a la calidad académica."tecnología, pues se limita a reproducir procesos y consumir enlatados".
5.6.- "En un nivel más hondo, hay una evidente crisis moral que se manifiesta en múltiples aspectos como la corrupción de la gestión, o la venta generalizada de grados y título, solapada con eufemismos como el de la llamada "educación no presencial", por lo general mal administrada en nuestro medio".

ASPECTOS LEGALES

6.1.- Tanto la actual Ley Universitaria como la Ley General de Educación tienen una
significativa antigüedad lo cual, contrastada con los vertiginosos cambios socioeconómicos y culturales ocurridos tanto en el Perú como en el mundo en los años que llevan vigentes, ha afectado severamente su idoneidad. A esto se añade el desfase temporal entre las dos normas citadas y la Constitución, lo cual genera un desconcierto entre los operadores del derecho al no poder interpretar orgánicamente la función que nuestra Ley de leyes ha asignado a la universidad.
6.2.- Las modificaciones legislativas que se han efectuado a las leyes mencionadas, con la finalidad de atender situaciones aisladas y coyunturales, ha profundizado el resquebrajamiento de la organicidad que todo cuerpo legal requiere. La Ley de promoción a la inversión en la educación ha tenido similar efecto, pues al haber incorporado cambios fundamentales en el funcionamiento universitario, trastoca la esencia y tradición de dicha institución, sin responder a un análisis previo que convocara a los diversos sectores del país a fin de favorecer una modificación legislativa integral.
6.3.-. La tantas veces postergada renovación de la legislación universitaria revela el desinterés de las instancias gubernamentales por la universidad, perdiendo de vista el rol protagónico que le toca cumplir en el desarrollo del país. Ello también se ve reflejado en la aplicación indiscriminada de normas que rigen la operatividad del sector público a la gestión universitaria, la cual debería contemplar un régimen especial, adecuado a su naturaleza, necesidades y estatuto autónomo, pues esta situación afecta la autonomía que la Constitución le reconoce.(1)
Después de este análisis a modo de resumen podemos decir con Mabres que:
“(..)Los cinco problemas más importantes de la universidad peruana son:
a) Bajo nivel académico b) Incertidumbre económica c) Escasa investigación de calidad. d) Poquísimas relaciones de colaboración académica entre universidades e) Inexistencia casi total de relación con el sector empresarial. (..) (2)

BIBLIOGRAFÍA

1) DEPAZ TOLEDO Zenon (2002) “Diagnóstico de la Universidad Peruana: ”Razones para una nueva reforma universitaria” Lima-Perú.
2) MABRES, Antonio. (1994) "Problemas y perspectivas de las universidades peruanas". Notas para el debate, 12: 39-46.
3) CHIROQUE CHUNGA S. Miranda B., (2007) “2008: Presupuesto Y Financiamiento de la Educación Peruana”. INSTITUTO DE PEDAGOGIA POPULAR, INFORME Nº 66 Lima, 2007.
4) LINCH Nicolas (2007) “Evaluación de la Universidad Peruana” Entrevista en Enlace Nacional Perú.
5) CHANDUVÍ CORNEJO Víctor (2007) “Universidad e Investigación” Lima -Perú


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